Me acuerdo perfectamente. Estaba en el supermercado – el Líder de Manuel Montt- y me llamó Chirri para contarme que a Santi algo le había pasado, nada era muy claro. De primera lo que todos pensamos, una broma, o en el peor de los casos, Cristian si había sufrido un accidente pero estaba ya recuperándose en el hospital, y lo más seguro, webiando con Calidad, Miseria y esperando que lo dieran de alta, para ir por unas pilsen.
Pero, para tristeza de muchos, la cosa no fue así. Salí del súper, igual preocupado, llamé a mis amigos en Lota, nadie contestó, y pasé a un ciber para ver si es que alguien sabía algo. Fue
Había estado la semana pasada juntándome casi todos los días con Santi. Habíamos ido a Los Bunkers, nos tomamos unas cervezas y de hecho hasta conversamos de algunos de sus planes a futuro, tanto con Teatropellan, como en su vida. Entraría a trabajar la próxima semana a un colegio, ya habían hecho el trato con Potter para comenzar a grabar lo nuevo de la banda, etc. Todo quedó en nada. Esa misma noche tomé un bus a Lota y a la mañana siguiente, a primera hora, llegué a su casa. Ahí estaba, en un cajón color madera, rodeado, ya a esa hora, de mucha gente. La misma gente con la cual compartió un copete, una discusión, una conversación por msn, un carrete o toda una vida. Es que Santi era así, todos lo querían, no recuerdo alguna pelea o discusión fuerte, más que las que tenía cuando éramos compañeros en el colegio, cuando le gritaban “orejas de burro” o lo molestaban con el comercial de Pisco Cochiguaz.
Dicen que no hay muerto malo, pero yo podría asegurar y tendría testigos y gente que apoyaría mi tesis, Santi era un cabro bueno, uno que no merecía irse, de esos con los que te gusta encontrarte y de los que cuando algo bueno le pasa, tu también te pones feliz.
Ha pasado un año desde que nos dejó. A veces pienso que salgo de mi casa en Lota y ahí lo veo bajando desde con su casa con la sonrisa gigante o con su abuela del brazo, un sábado temprano por la mañana rumbo a la feria. Trato de mantenerlo, como muchos, siempre en mi memoria. Con la memoria intacta como dice el disco tributo que están sacando los amigos en Lota.
Si hay un consuelo que me queda, es que te fuiste haciendo lo que más te gustaba, rockanroleando, y esa pocos la cuentan, te lo aseguro.
Un abrazo compañero, donde sea que estés!